Como los neumáticos, el motor o los frenos, la suspensión también requiere cierto mantenimiento a lo largo de la vida del vehículo.
Este mantenimiento se centra normalmente en los amortiguadores, que son los elementos de la suspensión que más sufren con el uso.
Los amortiguadores son unos sistemas hidráulicos de gas y aceite que reducen las oscilaciones durante la marcha. Estas oscilaciones ocurren cuando el vehículo se inclina en curvas o cuando los muelles de la suspensión encuentran irregularidades en el terreno.
Para contener esos rebotes se recurre a un circuito cerrado de aceite y gas entre dos cámaras, y es la fuerza a la oposición a este fluido el que contiene dichos rebotes.
Precisamente por este trabajo extremo, que genera una alta temperatura, los amortiguadores están sometidos a un gran esfuerzo, que deriva en una disminución de eficacia de líquido interior, de los gases que los comprimen o incluso del sistema de retenes.
Evidentemente, dependiendo del trato que se le dé al coche o el tipo de conducción, estos amortiguadores pueden durar más o menos tiempo. Por ejemplo, no es lo mismo un vehículo que se mueve constantemente por carreteras no asfaltadas o con una conducción deportiva, que otro de iguales condiciones que circulan exclusivamente por ciudad y a ritmo tranquilo.
¿Qué afecta al estado de los amortiguadores?
Unos amortiguadores defectuosos afectan no solo al confort de marcha, sino que también inciden en el rendimiento dinámico en general:
- En curvas, el efecto del muelle prevalece sobre el del amortiguador en mal estado, provocando deficiencias en el guiado del coche y, por tanto, falta de control.
- Ante irregularidades imprevistas del asfalto, las oscilaciones también tienden a descolocar el vehículo, siendo esto muy peligroso a altas velocidades.
- Uno o dos amortiguadores estropeados pueden provocar que en una frenada de emergencia se produzcan transferencias de masas anómalas que puedan derivar en una mayor distancia de frenado, especialmente en superficies deslizantes, como nieve o lluvia.
Consejos Rodi Motor Services:
- En los talleres existen máquinas que miden las oscilaciones de la suspensión y pueden determinar el estado de los amortiguadores. De hecho, esta es una de las pruebas por las que pasa el vehículo durante la ITV.
- Debemos acudir inmediatamente al taller Rodi más cercano si apreciamos que el coche empieza a cabecear al pasar por encima de los badenes, o hace movimientos extraños al tomar una curva o si, al frenar, se alargan las distancias para detener el vehículo.
- Los amortiguadores deberían revisarse cada 20.000 km o cada año, e independientemente del uso que se les dé, es muy recomendable su sustitución entre los 70.000 y 150.000 kilómetros.