Entre las muchas averías que puede sufrir un coche por desgaste, existe una que destaca por encima de todas ellas por su gravedad. Estamos hablando de la rotura de la correa de distribución, una avería que puede resultar muy cara de reparar y que sucede de forma totalmente imprevisible. Sin embargo, aunque la rotura de esta correa es imprevisibles, sí que resulta completamente evitable si prestamos atención a sus signos de desgaste.
La correa de distribución se encarga de sincronizar el funcionamiento del motor entre sus distintas partes. Concretamente se encarga de coordinar el movimiento del cigüeñal con el árbol de levas. Por este motivo, si sufre una rotura sus consecuencias son imprevisibles. Puede causar desde averías pequeñas “fáciles de reparar” hasta daños que destrocen completamente el motor con un coste de reparación desorbitado.
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Cambio de correa de distribución en función de sus kilómetros
Los fabricantes de coches establecen unos intervalos para realizar el cambio de la correa. Esta información la encontrarás en el manual de propietario del coche en cuestión. Este intervalo puede oscilar entre los 65.000 km y los 130.000 km. Generalmente el fabricante se refiere a ello recomendando un kilometraje máximo para este componente.
Sin embargo, si circulas de forma habitual por zonas urbanas la durabilidad de la correa puede acabar siendo, incluso, un 20% – 25% inferior. Esto se debe a que la correa sigue funcionando aunque el coche no recorra distancias, por ejemplo, en los semáforos o atascos. Esto significa que si el fabricante recomienda cambiar la correa de distribución cada 100.000 km, deberás hacerlo con anterioridad, a los 80.000 km por ejemplo.
Si por el contrario, circulas más por zonas de autopistas o vías rápidas la estimación de durabilidad de la correa de distribución resulta ser más exacta. El motivo de esto es que en este caso la correa tiene un movimiento en consonancia con los kilómetros reales del coche, y por tanto con las recomendación de cambio establecidas por el fabricante.
Cambio de correa de distribución en función de su antigüedad
Del mismo modo que sucede con los kilómetros, el fabricante del coche también recomienda un plazo de tiempo máximo para realizar la sustitución de la correa. Si no se indicara un plazo en el manual de propietario, lo recomendable es cambiar la correa de distribución cada 5 años o, al menos, llevar a cabo una minuciosa comprobación.
La durabilidad de este componente está muy condicionada al uso del vehículo y las condiciones climatológicas con las que debe lidiar el coche. Entornos donde las temperaturas varían mucho entre el verano o el invierno o donde existe una alta concentración de humedad o polvo, también reducen la durabilidad de la correa.
Por ejemplo, si vives en un lugar donde en verano hace mucho calor con temperaturas superiores a 35 grados, la correa de distribución se tendrá que cambiar con bastante antelación. Si, por el contrario, vives en un entorno urbano con temperaturas suaves donde usas el coche únicamente los fines de semana, el desgaste de la correa de distribución estará mucho más en consonancia con lo indicado por el fabricante.
Consideraciones a tener en cuenta con el cambio de Correa de Distribución
Si abres el capó de tu coche e inspeccionas la correa de distribución existen algunos detalles a los que puedes prestar atención para asegurarte de que todo está en buen estado. Siempre te recomendaremos solicitar en tu taller mecánico Rodi que miren la correa de distribución y contar así con la opinión de un profesional. Sin embargo, si lo deseas aquí te dejamos algunas consideraciones que te pueden ser de utilidad para identificar defectos en la correa de distribución.
- Una Correa en mal estado. Cuando la correa de distribución presenta un serio desgaste, este se manifiesta en un principio con la presencia en la correa de grietas, cuarteamiento, dientes desgastados o una goma seca y muy rígida. Si identificas cualquiera de estos síntomas probablemente debas cambiarla.
- Falta de tensión en la Correa. La correa está sujeta mediante tensores. Estos deben gozar también de buena salud. Si percibes falta de tensión en la correa de distribución es muy probable que sea por culpa de un tensor dañado. También puedes encender el coche y prestar atención a la presencia de ruidos extraños a ralentí y al acelerar. Si notas cualquier ruido extraño proveniente del lugar donde se encuentra la correa de distribución, es probable que alguno de los tensores estén fallando.
- Pérdida de Líquido Refrigerante en la Bomba de Agua. En la actualidad muchos coches modernos cuentan con que la bomba de agua se encuentra movida también por la correa de distribución. Si la bomba de agua se avería en algún momento presentando pérdidas de líquido, éste con total probabilidad, dañará la correa. Esto se debe a que el líquido refrigerante es corrosivo, y por tanto, la desgastará prematuramente. En estos casos se debe adquirir un Kit de Distribución y sustituir todas las partes: correa, tensores y bomba de agua.
Nuestro consejo como expertos es que siempre prestes atención a este componente de tu coche. La existencia de unas condiciones y plazos para la sustitución de la correa de distribución existen por un motivo y es conveniente respetarlos. De llegar a producirse una avería la reparación puede derivar en costes desde los 1.000€ hasta los 6.000€, por lo que es conveniente ser especialmente precavido en lo que respecta a la correa de distribución.
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