Seguridad vial y educación al conductor: pequeñas acciones que pueden prevenir accidentes

A principios de 2025, el Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico (DGT) comunicó en su informe sobre accidentes de tráfico que en 2024 se registraron 1.040 siniestros mortales, en los cuales 1.154 personas perdieron la vida y 4.634 resultaron heridas de gravedad.

Aunque la cifra de fallecidos ha disminuido en la última década, en 2024 se observó un ligero incremento del 1% en comparación con 2023, cuando se registraron 1.140 fallecimientos, según informa El País

Este hecho recalca la necesidad de recordar que la seguridad vial es una responsabilidad compartida entre conductores, peatones y ciclistas. Sin embargo, los hábitos de conducción segura y el mantenimiento adecuado del vehículo son aspectos fundamentales que dependen directamente del conductor. En este artículo, exploramos la importancia de adoptar buenos hábitos al volante, entendiendo la relevancia de la distancia de frenado y de realizar un correcto mantenimiento de los neumáticos para prevenir accidentes. 

Hábitos de conducción segura

Con el tiempo, la conducción puede volverse casi automática, debido a la rutina y la experiencia. Sin embargo, esto también puede llevarnos a normalizar conductas de riesgo, muchas veces al observarlas repetidamente en otros conductores y adoptarlas sin darnos cuenta. No obstante, es fundamental recordar que la seguridad vial se basa en pequeños hábitos diarios que pueden marcar una gran diferencia en situaciones de peligro. Entre estos hábitos esenciales se encuentran:

  1. Respetar los límites de velocidad: conducir a una velocidad adecuada no solo permite reaccionar con mayor rapidez ante imprevistos, sino que también reduce la gravedad de los accidentes.
  2. Evitar distracciones: el uso de dispositivos móviles al conducir es una de las principales causas de accidentes. Mantener la atención en la carretera es clave para prevenir percances.
  3. Utilizar el cinturón de seguridad: este simple gesto puede salvar vidas y disminuir la gravedad de las lesiones en caso de colisión.
  4. Mantener una distancia segura: esta práctica es crucial para evitar colisiones, especialmente en condiciones de tráfico denso o clima adverso.

La importancia de la distancia de frenado y el estado de los neumáticos

La distancia de frenado es el espacio que recorre un vehículo desde que se acciona el freno hasta su completa detención. Este factor está influido por elementos como la velocidad, el peso del vehículo, el estado de los frenos y, de manera especial, las condiciones de los neumáticos, que resultan críticas en escenarios climáticos adversos, como lluvia o nieve.

Unos neumáticos en mal estado, con desgaste excesivo o una presión inadecuada, pueden aumentar significativamente la distancia de frenado, poniendo en riesgo la seguridad de los pasajeros y otros usuarios de la vía.

Imagina que conduces un automóvil a 80 km/h en un día lluvioso. Si tus neumáticos están en buen estado, con una profundidad adecuada en la banda de rodadura (al menos 1,6 mm, según la normativa europea), el agua será evacuada de manera eficiente, permitiendo que los neumáticos mantengan el contacto con la carretera. En estas condiciones, la distancia de frenado podría ser de unos 56 metros, aproximadamente.

Ahora bien, si los neumáticos están desgastados y tienen menos de 1,6 mm de profundidad, no podrán evacuar el agua correctamente. Esto provoca que el vehículo pierda adherencia y comience a deslizarse (efecto aquaplaning). En este caso, la distancia de frenado podría aumentar hasta 90 metros o más, dependiendo de la gravedad del desgaste y la intensidad de la lluvia.

Este incremento significativo de más de 30 metros puede ser la diferencia entre detenerse a tiempo o impactar con otro vehículo, peatón u obstáculo. Por eso, revisar periódicamente el estado de los neumáticos es esencial para garantizar la seguridad. Por ello, es fundamental: 

  • Revisar la presión de los neumáticos regularmente: la presión correcta, especificada por el fabricante, asegura un contacto adecuado con la superficie.
  • Controlar la profundidad de la banda de rodadura: unos surcos con menos de 1,6 mm de profundidad son peligrosos y no cumplen con la normativa de seguridad.
  • Realizar rotaciones periódicas de los neumáticos: esto ayuda a evitar el desgaste irregular y prolonga la vida útil de los mismos.

Pequeñas acciones que previenen grandes accidentes

Además de lo mencionado anteriormente, es importante recalcar que siempre hay variables que pueden ayudar a reducir aún más la posibilidad de sufrir un accidente. La prevención de accidentes comienza con pequeños gestos que, sumados, generan un gran impacto en la seguridad vial: 

  1. Planificar las rutas: esto reduce el estrés y minimiza la necesidad de tomar decisiones rápidas en el camino, o bien, tener que mirar constantemente el GPS.
  2. Realizar revisiones periódicas del vehículo: un mantenimiento regular garantiza que los sistemas de frenado, suspensión y neumáticos estén en óptimas condiciones, anticipando cualquier imprevisto en la ruta. 
  3. Conducir con prudencia en condiciones climáticas adversas: reducir la velocidad y aumentar la distancia de seguridad son medidas esenciales cuando hay lluvia, niebla o hielo en la carretera. Mantén siempre una distancia de al menos 3 coches del vehículo que hay delante. 
  4. Fomentar la educación vial: promueve el respeto por las normas de tráfico y genera conciencia sobre los riesgos al volante; si conoces a alguien que conduce de forma temeraria, hazle ver que sus actos pueden causar accidentes. Una llamada de atención a tiempo puede afectar a toda una comunidad. 

La seguridad vial es una combinación de buenos hábitos, educación y mantenimiento vehicular. Como conductores, tenemos el poder de prevenir accidentes mediante pequeñas acciones que pueden salvar vidas, pero además tenemos la responsabilidad de influir en familiares y amigos para que la conducción respetuosa se realice de forma colectiva. Recuerda: mantener tus neumáticos en buen estado, respetar las normas de tráfico y conducir responsablemente son pasos clave hacia una movilidad más segura para todos.

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